lunes, 27 de enero de 2025

Cápsula de parálisis

 


Quejumbrar no es quejarse.

Quejumbre no es queja.
Quejumbre y sus derivados son mezcla poética, sumatoria, de queja + umbra, o sea, quejumbrar es quedarse en la sombra de la queja. 
El diccionario es taxativo: "queja  frecuente y por lo común sin gran motivo".
Este concepto forma en la mente una idea del proceder usual del grupo humano en el que durante toda mi vida he desenredado el hilo de la realidad. Y de cierta forma, hacer la realidad es deshacerla, desintegrarla, y el primer paso de este camino de constructiva atomización es renunciar a la tradición de la quejumbre (una conjugación coloquial permite el término "quejumbradera"). 

Voy al analista y le comento mi propósito: nada más hablaré de aspectos positivos, de hallazgos. El desahogo es la caloría vacía de la terapia. La construcción, el acto de colegir, la decisión, serían, en este malabar de equivalencias, variables de las calorías buenas.

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