sábado, 2 de noviembre de 2024

La ley del cuarto

 


La ley del cuarto es justa. Esa mañana, desde antes de llegar, ya lo presentía. Igual, reclamé las llaves y subí. Nadie esperaba en el corredor. Abrí el salón y empecé a borrar el tablero. Pensando nada, descubrí que no me sentía mal: esta vez, el taco de la 33 era inocente. Si llegué tarde fue por cumplir la otra ley del cuarto, de la habitación: implacable, como toda tentación, esta dicta que, si estás durmiendo con tu amor, debes postergar la alarma y alargar el arrunche; entregarse mutuamente algo ligero. Fallarle al sistema no importa entonces: es una consecuencia de ser legal.


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