Cierto cine norteamericano está basado en el derroche. No se
aprovechan al máximo elementos emocionantes. No es necesaria una plaga; basta
con una situación y una sola cucaracha. Recuerdo esa película en la que Jim
Carrey obtiene los poderes de Dios. De por sí, el mero hecho de encontrarse con
Dios, de un diálogo con él, ya es
suficiente. ¿Qué haría Jean Cocteau con esta idea? En la misma película, por
la mañana y por la noche, el protagonista escucha dentro de su cabeza todos los
rezos, todas las súplicas a él dirigidas; ¿no es eso suficiente? Pienso en
Funes el Memorioso de Borges o en Mulholland Drive de David Lynch… Creo que destacar este
aspecto es importante (Otros títulos: Face/off, Constantine, Misión Imposible) porque representa un modo de
vida típico estadounidense. Su cine lo exportan y lo venden tan fácil e
irresponsablemente como su estilo de vida ideal, y cuando uno conserva la
intención de crear, se debe proteger de los imaginarios que estos productos
generan y engendran. ¿Cómo definir lo emocionante? ¿La acción? ¿El heroísmo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario