martes, 30 de abril de 2019

Más que Cine



Cierto cine norteamericano está basado en el derroche. No se aprovechan al máximo elementos emocionantes. No es necesaria una plaga; basta con una situación y una sola cucaracha. Recuerdo esa película en la que Jim Carrey obtiene los poderes de Dios. De por sí, el mero hecho de encontrarse con Dios, de un diálogo con él, ya es suficiente. ¿Qué haría Jean Cocteau con esta idea? En la misma película, por la mañana y por la noche, el protagonista escucha dentro de su cabeza todos los rezos, todas las súplicas a él dirigidas; ¿no es eso suficiente? Pienso en Funes el Memorioso de Borges o en Mulholland Drive de David Lynch… Creo que destacar este aspecto es importante (Otros títulos: Face/off,  Constantine,  Misión Imposible) porque representa un modo de vida típico estadounidense. Su cine lo exportan y lo venden tan fácil e irresponsablemente como su estilo de vida ideal, y cuando uno conserva la intención de crear, se debe proteger de los imaginarios que estos productos generan y engendran. ¿Cómo definir lo emocionante? ¿La acción? ¿El heroísmo?

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