Este abril fue un mes de
escritura y vida. Si debiera decir de qué trató lo resumiría en un nombre (que
contiene muchos otros nombres): Fernando Pessoa. Su facilidad y estilo para aceptar
las múltiples voces que lo habitan, y desarrollarlas como posibilidades de
expresión, me invita a aceptar las que están dentro de mí. Esto me llevó a escribir
mucho y publicar nada. También reflexioné: mi búsqueda actual es pararme con
mejor postura, procurar ser justo, aprovechar mi tiempo (y todas las divagaciones acerca de lo que
es “aprovechar” el tiempo me llevan a una idea mayor: vivir la vida). También, surgió la pregunta: acaso, de tantos condones usados, ¿no me habré
acostumbrado a ser infecundo? En eso ha consistido el futuro: que el placer sea cada vez más inconsecuente. Mi obra, de modo contrario, sobre todo las canciones y los cuentos,
es la semilla con la que pretendo ser fecundo, preñar a la sociedad que habito. Debo habituarme a las consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario