sábado, 9 de agosto de 2014

La intensa búsqueda de aquello que no se quiere encontrar


No perder oportunidad alguna para dejar de creer y a la vez caer en la tentación de creer que se tiene tiempo... y así envejecer poniéndose a sí mismo en fila de espera. Hábitos semanales, incapacidad para ver "más allá", refugiarse en la importancia de vivir el presente. Pero, ¿qué es el presente? Fétidos guayabos, árboles partidos por un rayo, ecos de fiestas, sueños melancólicos, cervezas trapenses en promoción y una mascota que al otro día te mira. El presente es necesidad de orden, uno brindado por la claridad de la que me alejan palabras como amor, error, libertad, dignidad y felicidad...
... pequeñas siestas en un taxi. Las luces de la falta de memoria que es la misma falta de control... "soy algo más que un ebrio" quisiera creer pero... como dije, hoy no sé por qué no pierdo ninguna oportunidad para dejar de creer. Lo único de lo que no dudo es del placer efímero, que por efímero me pesa más. 

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