domingo, 21 de abril de 2013

Lo que se piensa estando bajo el agua


La mayor monotonía que he experimentado fue la de pensar constante y permanentemente en circunstancias eróticas y oportunidades pornográficas. Turbé el espíritu con ideales hasta cuando entendí, un día de manera repentina, que más-no se podría-turbar, que era un efecto de la dominación y que la obra artística que uno ambiciona resulta estar contaminada hasta degradarse y convertirse en meras obviedades con las que uno quiere únicamente agradar y combinarse. Luego, al menos intentar pensar en esa obra la mitad de tiempo que invertí maquinando fantasías protagonizadas por aquellas quienes se incrustaron de manera inocente en mi mente pervertida, preví que el arte, a corto plazo, sería un motivo imposible, otro ideal que me apabullaría, un sueño imperceptible que no dejaría de contradecirme y que no me permitiría definir en ningún sentido y en ningún momento, pero que al menos me haría sentir como si me estuviera creando un alma;  igual a los lindos romances, distinguidos por siempre ser irreemplazables. 

1 comentario:

  1. Me parece, que todo comienzo se pervierte, pero definitivamente hay, si, una memoria que nos lleva a las verdades

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