martes, 6 de noviembre de 2012

Lejano @hotmail.com



Silvestre nostalgia siento por aquellos sitios web que he abandonado para sumarme al avance y sentirme eficiente, conectado de modo social y capacitado para la interacción. Cuando ingreso a ellos, después de tensar la memoria con el objetivo de recordar las contraseñas correspondientes, los encuentro oxidados, cual buzones viejos o edificios abandonados; como ruinas sentimentales donde atesoro aquellos mensajes que nunca fui capaz de eliminar porque algo mío conservan. Una vez allí, el presente se hace estridente porque todo el pasado, su raíz, parece haber sido una ilusión; como si, sin saberlo, me hubiera sumado a un denso experimento. Y esta sensación algo paranoica, antes de herirme el orgullo, me cuestiona por todo aquello que pasó y dejó de pasar con todas aquellos desconocidos que resulté distinguiendo entre los anónimos, por no saber si en alguna era los humanos avanzaremos sin dejar ruinas, y por la necesidad e importancia de éstas.
Luego, ¿qué haremos con los basureros y los cementerios? ¿Los volveremos laboratorios... carnicerías?

1 comentario:

  1. ¡Me encanta tu manera de escribir! Las preguntas que te haces a partir de acciones cotidianas. Qué manera tan interesante tienes de trascender las pequeñas cosas que te pasan.

    ResponderEliminar