Gracias a las limitaciones actuales, pude extralimitarme: desde hace muchísimos años, no tenía el pelo así de largo. En un primer momento, ante el riesgo de contagio que implica visitar cualquier peluquería, me sentí condenado al desorden, a la maraña, pero luego, muy pronto, nació en mí un sentir distinto: ¿acaso no puede uno lograr un orden a partir de lo frondoso? ¿Ordenados han de ser los desiertos y las estepas mas no los bosques? La contemplación y la paciencia a veces van en contravía de lo que suponemos ahora por "practicidad".
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