“no pretendas”…
Solamente
intenta no pretender comienzos durante los finales o finales durante los
comienzos; intenta incluso no distinguir un comienzo de un final. Trata además de no humillarte ante la angustia existencial y de no quererla calmar mediante
un trato social y económico; no hay
conciliación: hay que sufrir lo que se quiera sufrir y gozar lo que se quiera
gozar; vivir la realidad o simularla, más no conciliar entre la creencia personal
y la de los demás a menos que te sea natural. La amargura te torna
insatisfecho; Dios ama el amor.
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