domingo, 20 de octubre de 2013

“no pretendas”…


Solamente intenta no pretender comienzos durante los finales o finales durante los comienzos; intenta incluso no distinguir un comienzo de un final. Trata además de no humillarte ante la angustia existencial y de no quererla calmar mediante un trato social  y económico; no hay conciliación: hay que sufrir lo que se quiera sufrir y gozar lo que se quiera gozar; vivir la realidad o simularla, más no conciliar entre la creencia personal y la de los demás a menos que te sea natural. La amargura te torna insatisfecho; Dios ama el amor. 

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